Los recursos que un país destina a la
salud, y los resultados de éstos, pueden medirse mediante diversos indicadores (índices
y valores numéricos), cuyo estudio y correcta interpretación es fundamental para una
adecuada política sanitaria. Describir el nivel de salud de una población significa
medir todos los aspectos que aporten información sobre cómo se distribuye el proceso
salud-enfermedad entre sus habitantes.
Existen una gran cantidad de indicadores.
Los más utilizados son aquellos que indican falta de salud de una población, como la
mortalidad y morbilidad. Algunos indicadores sanitarios son: los
recursos financieros y humanos, el porcentaje de gasto dedicado a sanidad pública en
relación con el PIB (Producto Interior Bruto), el número de médicos u otros
profesionales de la salud por habitante, el número de camas hospitalarias por habitante,
la accesibilidad y calidad de los servicios sanitarios, demanda de atención primaria y
atención especializada.etc. Son ejemplos de indicadores de la
salud de una población: la Morbilidad general y mortalidad global; Principales
causas de muerte; Tasa de mortalidad; Esperanza de vida y Esperanza de vida libre de
discapacidad; Indicadores de estilo de vida (tabaquismo y consumo de drogas legales e
ilegales; ejercicio físico y descanso...); Indicadores
medioambientales (contaminación atmosférica y acústica;
control y distribución del agua y alimentos...); Indicadores
sociodemográficos, que incluyen datos del crecimiento de la población,
migraciones, envejecimiento, etc.
La Salud pública, comprende la
protección y mejora de la salud de los ciudadanos a través de la acción comunitaria,
sobre todo por parte de los organismos gubernamentales.
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